La
naturaleza cosmopolita de Dubái se refleja claramente en la variedad que ofrece
su gastronomía.
La
ciudad ofrece platillos de todas partes del mundo, desde especialidades
europeas y americanas, hasta delicias de la comida india y asiática.
Lo
primero que se debe probar al llegar a Dubái es “Shawarma”, un platillo de
origen libanés que se ofrece por un precio muy accesible en casi todas las
calles de la ciudad. Esta comida árabe es el equivalente de la hamburguesa
alemana y consiste en finas láminas de carne (ya sea de cordero, pollo o
ternera) asada en un espetón vertical giratorio, consumidas dentro de un pan de
pita junto con vegetales como repollo, cebolla, jitomate y lechuga.
Shawarma |
Otra
comida que no se debe dejar pasar es “Fala-Fil”, una exquisita croqueta de
garbanzos o habas que se viene consumiendo desde los tiempos de la Biblia.
Estas croquetas usualmente se disfrutan dentro de un pan pita y se sirven con
ensalada, vegetales encurtidos y una salsa de “tahini”, una pasta hecha a base
de semillas de ajonjolí molidas. El delicioso pan árabe, conocido como pan pita
y que acompaña a muchos platillos como Shawarma y Fala-Fil, es un pan ahuecado
que se cocina en las paredes de un horno y se usa como una cuchara para salsas
o aderezos y como pan para preparar un emparedado.
Fala- Fil |
La mayoría de los restaurantes de Dubái ofrecen
un menú con una amplia selección de jugos frescos para acompañar la comida.
“Chai zan-ja-beel”, un té de jengibre que se puede tomar con leche también es
muy popular en todo el Medio Oriente por que ayuda a relajar el sistema
digestivo.
Chai zan-ja-beel |
Cabe
mencionar que el alcohol, al igual que la carne de puerco, está prohibido en la
cultura islámica.
Sin embargo, sí se vende a turistas en hoteles y bares de la
ciudad por un precio relativamente alto.
Montes Luna Alejandro