Los altos precios del petróleo, que alcanzaron el récord histórico de 147 dólares por barril en julio de 2008, habían protegido en un principio a los Emiratos Árabes Unidos contra la ralentización de la economía mundial. Sin embargo, la situación empeoró hasta el punto de provocar una repentina caída de la demanda de petróleo. Esta arrastró consigo los precios del crudo hasta situarlos en menos de un tercio del máximo registrado en julio de 2008. Por tanto la crisis, alcanzó a la nación.

En los últimos meses de 2008, los efectos debidos al aumento de las primas del riesgo soberano, el declive de la afluencia de grandes capitales privados y la brusca caída en picado de los índices bursátiles se dejaron sentir en la zona.

El sector del petróleo en 2009 contribuyó con alrededor de 29% al PIB con el resto correspondiente al sector no petrolero. Como se indica en los planes de desarrollo económico tanto en Abu Dhabi como Dubái, la estrategia de desarrollo económico a largo plazo de los Emiratos Árabes Unidos implica diversificar la economía del petróleo en los sectores de servicios no petroleros, como el comercio, logística, turismo, el sector financiero la manufactura de alto valor, por nombrar sólo algunos de ellos.

En 2009, la contribución del sector no petrolero al PIB fue de 71% e incluyó la más alta participación de las manufacturas con el 16,2%, seguido del sector de la construcción con 10,7%, comercio y servicios de reparación con el 9,0%.

El sector de las telecomunicaciones es un negocio que requiere tecnología avanzada, rápido ritmo y alto manejo de capital para afrontar las constantes inversiones en nueva y mejores infraestructura, una tarea que sólo puede ser llevada a cabo por países con las posibilidades económicas que posee los Emiratos Árabes Unidos para impulsar su estrategia de diversificación en estos nuevos sectores. La posición geográfica del país en el Oriente Medio y su red de telecomunicaciones avanzadas también le permitirá competir de manera efectiva en este sector en alza.

Abu Dhabi está coordinando sus esfuerzos para invertir sus ganancias de hidrocarburos en extraer más energía de sus fuentes renovables. Para este fin, el Gobierno se ha fijado para el año 2020 el objetivo de satisfacer el 7% de sus necesidades energéticas con suministros procedentes de sus fuentes de energía renovable. Masdar, la empresa de energía del futuro de propiedad gubernamental, contribuirá a la consecución de dicho objetivo, tanto en términos de inversión empresarial como por su trabajo en la creación de suministros energéticos con escasas emisiones de carbono.